¿Y por qué entonces componer nuevos villancicos?
Mi respuesta personal es... "por cumplir un reto". Me gusta escribir. Tengo publicados varios libros bajo autoedición y algunos están en la biblioteca de Cabanillas del Campo, mi localidad de residencia.
Hace años que establecí la costumbre de escribir, con cada Navidad, algunos villancicos y un relato corto. Con el paso del tiempo junté unos 30, además de una veintena de cuentos navideños. Descubrí, por otra parte, que era una actividad sumamente gratificante. Sobre esta base me comprometí internamente a llegar a 100 villancicos originales.
Unido a esto, tengo que añadir que siempre me ha gustado la música. Uno de mis blogs está dedicado precisamente a realizar adaptaciones (en la letra) de canciones conocidas. Sin embargo tengo un hándicap importante a la hora de interpretarlas yo mismo: ¡desafino terriblemente! Este problema tiene su origen sobrevenido en la aparición de una hipoacusia bilateral neurosensorial en grado moderado lo que hace que el feedback auditivo vocal no funcione correctamente. El hecho me produjo una gran frustración ya que, en mi juventud adoraba la música e incluso era componente de algunas corales. Pese a ello no renuncié a mi afición: esperé pacientemente que alguien quisiera interpretar mis adaptaciones; nadie, sin embargo, ha mostrado interés por ello hasta la fecha.
Hará unos dos años la IA llegó al mundo de la música logrando avances espectaculares en la creación de melodías, interpretaciones vocales e instrumentales, etc. La importante laguna de mi "mala entonación" pudo solventarse con su ayuda: ¡Ya no sería necesario que yo cantara mis propias versiones! Podría hacerlo la IA mediante una hermosa voz (entre muchas a elegir) y, además, era capaz de generar melodías nuevas con estilo de tu elección e instrumentos propuestos por ti. No era necesario ser un compositor experto: la IA producía melodías muy aceptables (y técnicamente muy correctas) a partir del análisis de millones de composiciones y a través de un proceso de autoaprendizaje basado en redes neuronales como nuestro cerebro. El día que buscando una canción para celebrar el cumpleaños de mi sobrino Rubén envié un poema al programa SUNO y me devolvió en unos segundos una espectacular composición musical para mi letra propuesta, extraordinariamente bien interpretada y además con el estilo que le indiqué (el preferido por mi sobrino) lloré de alegría.
Desde entonces decidí que pondría música a mis 30 villancicos. Tan buenos me parecieron los resultados que me propuse llegar a la redondez numérica de la centena. A estas alturas llevo ya unos 95 y, de seguro, que alcanzaré los 100 antes de Navidad. Me lo he prometido.
Los sucesivos detalles de este proceso los iré desgranando en cada nuevo villancico que comente en este blog y en la Radio "Onda Cabanillas" en el 107.0 de la FM; la emisora de mi localidad de residencia.
Hace años que establecí la costumbre de escribir, con cada Navidad, algunos villancicos y un relato corto. Con el paso del tiempo junté unos 30, además de una veintena de cuentos navideños. Descubrí, por otra parte, que era una actividad sumamente gratificante. Sobre esta base me comprometí internamente a llegar a 100 villancicos originales.
Unido a esto, tengo que añadir que siempre me ha gustado la música. Uno de mis blogs está dedicado precisamente a realizar adaptaciones (en la letra) de canciones conocidas. Sin embargo tengo un hándicap importante a la hora de interpretarlas yo mismo: ¡desafino terriblemente! Este problema tiene su origen sobrevenido en la aparición de una hipoacusia bilateral neurosensorial en grado moderado lo que hace que el feedback auditivo vocal no funcione correctamente. El hecho me produjo una gran frustración ya que, en mi juventud adoraba la música e incluso era componente de algunas corales. Pese a ello no renuncié a mi afición: esperé pacientemente que alguien quisiera interpretar mis adaptaciones; nadie, sin embargo, ha mostrado interés por ello hasta la fecha.
Hará unos dos años la IA llegó al mundo de la música logrando avances espectaculares en la creación de melodías, interpretaciones vocales e instrumentales, etc. La importante laguna de mi "mala entonación" pudo solventarse con su ayuda: ¡Ya no sería necesario que yo cantara mis propias versiones! Podría hacerlo la IA mediante una hermosa voz (entre muchas a elegir) y, además, era capaz de generar melodías nuevas con estilo de tu elección e instrumentos propuestos por ti. No era necesario ser un compositor experto: la IA producía melodías muy aceptables (y técnicamente muy correctas) a partir del análisis de millones de composiciones y a través de un proceso de autoaprendizaje basado en redes neuronales como nuestro cerebro. El día que buscando una canción para celebrar el cumpleaños de mi sobrino Rubén envié un poema al programa SUNO y me devolvió en unos segundos una espectacular composición musical para mi letra propuesta, extraordinariamente bien interpretada y además con el estilo que le indiqué (el preferido por mi sobrino) lloré de alegría.
Desde entonces decidí que pondría música a mis 30 villancicos. Tan buenos me parecieron los resultados que me propuse llegar a la redondez numérica de la centena. A estas alturas llevo ya unos 95 y, de seguro, que alcanzaré los 100 antes de Navidad. Me lo he prometido.
Los sucesivos detalles de este proceso los iré desgranando en cada nuevo villancico que comente en este blog y en la Radio "Onda Cabanillas" en el 107.0 de la FM; la emisora de mi localidad de residencia.
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