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domingo, 27 de octubre de 2024

Villancico de las serranillas

 VILLANCICO DE LAS SERRANILLAS

Las serranillas. Al estilo de “Las serranillas” del Marqués de Santillana describiendo la marcha de todas las serranas de los pasos de montaña hacia el Portal de Belén para adorar al niño.

Uno de mis poemas favoritos (y que llegué a aprender en la infancia, por lo que me gustaba) era una “serranilla” del Marques de Santillana (de nombre de pila Íñigo López de Mendoza y de la Vega, cuya casa original en Carrión de los Condes estaba a apenas una manzana de mi casa cuando vivía allí de niño) y por tanto considero de alguna manera convecino (en el tiempo, por supuesto). A esto se añade que murió en Guadalajara, capitalidad de nuestra provincia. Su familia pertenecía a la casa de Los Mendoza. Más lazos le unen a estas tierras, entre ellos el ser el titular de los señoríos de Hita y Buitrago. No es de extrañar que conociera bien los pasos montañosos que comunicaban estas tierras el interior pobladas por pastores y serranas.

Peleó en numerosas contiendas al lado de Juan II de Castilla y en contra de Álvaro de Luna. En una ocasión resultó gravemente herido en una batalla, la de Torote en 1441 (En el cercano río próximo a Daganzo y Alcalá y que tiene sus fuentes cerca de Torrejón del Rey) y ​ se retiró a sus territorios de Guadalajara.

En 1428 nació en Guadalajara su sexto hijo, el que sería el famoso Cardenal Mendoza.

Sobradamente conocido es su juicio sobre las poesías populares castellanas «con las que la gente baxa y servil se alegra» con ejemplos como sus Serranillas, en que la refinada tradición culta de la pastorela provenzal se une a la popular castiza de la serrana. Junto con el Arcipreste de Hita, es uno de sus autores más destacados.

Las serranillas son poemas breves escritos en verso de arte menor, típicos de la literatura española que cuentas el encuentro amoroso con una mujer de la sierra o serrana.

Un de esos poemas, que recitaba de corrido de niño gracias a su ritmo hipnótico, comenzaba así (muchos lo conoceréis): 

Moza tan fermosa
non ví en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Faciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa…

En el año 1998 se cumplía el sexto centenario del nacimiento del Marqués de Santillana, comenzando la representación de la obra de teatro popular "La Vaquera de la Finojosa" en cuya puesta en escena participan más de 250 vecinos de Hinojosa del Duque. Las célebres "serranillas" del Marqués de Santillana, que cantan "a la Vaquera de la Finojosa" se inspiraron en esta localidad. Sus habitantes dieron vida a una obra basada en la famosa serranilla compuestas por el noble en esta localidad, al abrigo de su sugerente paisaje,

Influído pues por la agreste pero bella imagen de “La vaquera de la Finojosa” rescato esta figura femenina, estereotipo de la joven montañesa, de conductas ligeras con los viajeros y la doto de un instinto maternal y piadoso haciéndola “pastora castellana” que deja sus ganados para ir al portal a adorar al Niño Jesús, recién nacido.

Es, quizá, lo más parecido a las “pastoras” que se podría encontrar en la españa medieval. Sin disimular el componente erótico de aquellos relatos, prevalece en ellos la ternura de las mujeres ante la maternidad y un cierto toque de bravura.

Con un estilo musical basado en tonadas folclóricas, acompañadas de guitarra y flauta, esta larga canción repasa la vida de las serranas y algunos toques de su personalidad resaltando su belleza e instinto maternal. Toda una procesión de Serranas bajando al valle para adorar al niño llevándole los regalos que pueden conseguir: flores, queso, chupa de cuero, cabritillas…

Un villancico original que reivindica a estos personajes singulares de nuestra literatura medieval -renacentista.





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