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miércoles, 23 de octubre de 2024

Villancico de la mula

VILLANCICO DE LA MULA

Villancico de la mula (3:56) Homenaje a la mula relegada en el portal a un rincón y su humilde papel en el Nacimiento.


Con un música celta acompañada por la flauta y con suaves toques de guitarra acústica y mediante voces alternadas femenina y masculina, suena este villancico de aires nostálgicos.

Presenta a una mula malhumorada por sentirse relegada en un rincón del portal,  completamente ignorada por los presentes y olvidada por su dueño. El noble animal se queja amargamente de su suerte hasta que, al final, mirando al niño recién nacido olvida el enfado (Es sabido que en el portal de Belén, junto al niño recién nacido, se aplacan rencores, se alegran tristezas…) El contenido es un tema clásico de muchos villancicos. También el buey reaccionará de manera similar.

Es este uno de los villancicos dedicados a los personajes clásicos del portal. En el próximo, el protagonista será el buey.

El significado de estos animales, según algunas fuentes, podría remontarse a los inicios de esta tradición cuando San Francisco de Asís decidió crear una representación del nacimiento de Jesús en la Navidad de 1223. Francisco se encontraba en el pueblo de Greccio, Italia; estaba muy enfermo y pensando que tal vez aquella sería su última Navidad en la tierra, quiso celebrarla de una manera distinta y muy especial. Por ello en la misa por la festividad realizó un nacimiento viviente con la participación de la población local y de los animales del pueblo.

Thomas de Celano, el primer biógrafo de San Francisco de Asis, cuenta que el santo manifestó en aquella ocasión: "Desearía provocar el recuerdo del niño Jesús con toda la realidad posible tal como nació en Belén y expresar todas las penas y molestias que tuvo que sufrir en su niñez. Desearía contemplar con mis ojos corporales cómo era aquello de estar recostado en un pesebre y dormir sobre las pajas entre un buey y la mula". Desde entonces, un buey y un buey (a veces sustituído por un asno) forman parte de la representación del pesebre o nacimiento.

De acuerdo con la costumbre, la mula en el pesebre representa el animal más humilde de la creación y al buey se le adjudica la misión de mantener caliente con su aliento la cuna del niño Jesús. Y aunque los relatos de la Navidad en el Nuevo Testamento no nos dicen nada acerca de esto, el buey y la mula (aún siendo simples productos de la fantasía) se han convertido por la fe de los creyentes en dos acompañantes indispensable del niño dentro del portal en cualquier nacimiento que se precie.

Sobre estos animales escribió el Papa Benedicto en su libro “Infancia de Jesús” donde, cito textualmente: “… La mula y el buey, tozudos como todas las mulas y todos los bueyes, te dicen que el centro del mundo no eres tú, sino ese Niño que está entre ellos..” “… La mula y el buey, a pesar de ser solamente animales, conocen a su señor y reconocen el pesebre de su dueño…” Los dos animales representan también, como diría San Francisco de Asís, una idea de pobreza para ti. ¿Cuál sería su misión en el nacimiento de Cristo? - Calentar un poco aquel pesebre con su aliento y el calor de su cuerpo. Algo que está al alcance de hasta el más pobre de los pobres. La mula y el buey, muestran pues, el camino de la contemplación: desde que se pusieron en el Belén, los dos animales no hacen otra cosa que mirar al Niño, junto con María y José.



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