EL BELÉN DEL REGIMIENTO
NOTA: Esta entrada y su correspondiente villancico están dedicadas a Paco Merino, miembro del Regiminento de Transmisiones RT22 y jubilado hace más de cinco años. Fallecido en julio del año pasado y siempre colaboró con su parroquia (La Sagrada Familia y el movimiento Scout de la misma. Fue el alma de muchos nacimientos instalados por las Navidades en esa parroquia y en ella dejó su creatividad y su ingenio (algo habría aprendido en su regimiento haciendo cada año esta nacimiento, digo yo). Amigo de mi hermano, responsable de scoust como él, sentimos mucho su pérdida. Era una buena persona.
Hace muchos años (más de tres décadas) contemplaba fascinado en los locales parroquiales de la Iglesia de la Anunciación en Burgos, un belén construído por la organización scout parroquial. El alma de aquella maqueta era un miembro del Regimiento nº 22 de Transmisiones, acuartelado en Castrillo Del Val, que participaba también como voluntario en este movimiento juvenil. Lo que más me llamó la atención fue el efecto luminoso conseguido en el cielo del Belén (pasaba del día con luz brillante a la noche, con su aterdecer parsimonioso y su cielo oscuro cuajado de puntitos luminosos semejando estrellitas en el firmamento nocturno). Lo habían conseguido con una especie de farolillo de cartulina con sus zonas transparentes (con cellofán amarillo) para el día y su cartulina negra y opaca agujereada con un alfiler para la noche estrellada. De la luz se encargaba una bombilla en el interior y, rodeándola desde el casquillo un alambre portaba justo sobre ella una aguja en la que se apoyaba una ampolla (de las que se cortan para las inyecciones) que estaba fijada en el centro de unas aspas de cartulina que cerraban por arriba el cilindro: una pequeña turbina de papel, en definitiva. El calor ascendía desde la base (abierta) del cilindro y al pasar por entre las rendijas de las aspas hacía girar lentamente el cilindro y los efectos de luz y oscuridad se iban sucediendo... Aquello despertó mi curiosidad y mi afición por "la pretecnología", actividad que desarrollé como profesor en algunos cursos.
El "ingeniero" de aquel efectivo juguete de papel era uno de los miembros fundadores de equipo que puso en marcha el Belén Monumental de la ciudad de Burgos.
El origen de este belén monumental se remonta a la década de 1980, cuando el personal del Regimiento de Ingenieros 22, acuartelado en Burgos, decidió crear un belén dentro de sus instalaciones como una forma de conmemorar la Navidad. La iniciativa surgió como parte del deseo de compartir con la comunidad local un espacio de unión y celebración. Lo que comenzó como un proyecto sencillo fue creciendo con los años hasta convertirse en un belén monumental. Se trata de una construcción de grandes dimensiones, que puede llegar a ocupar cientos de metros cuadrados. Este belén es particularmente conocido por su detalle minucioso y realista, recreando no solo las escenas típicas del nacimiento de Jesús, sino también elementos de la vida cotidiana de la época y paisajes bíblicos. La idea de ampliar su pequeña creación y pasar a realizar un Belén Monumental surge en el año 1992. Enrique Menayo estaba destinado en otra unidad y se reúne con otro compañero que había hecho un pequeño belén. A partir de ese momento, nace un proyecto con mucho futuro. Comienzan a desarrollar el belén con figuras y escenas clásicas, como la anunciación o el nacimiento. Hasta completar las 105 escenas. Un gran despliegue que ha implicado “más logística, más medios y buscar más patrocinadores”, asegura Menayo. Antes de 1995 el Belén del Regimiento de Transmisiones lo montaba en el interior de la base militar. La primera vez que salieron de la base fue en 1995, para exponerse en El Hondillo, en una sala de exposición de Cajacírculo, entonces. Al año siguiente se trasladaron a la Sala Valentín Palencia de la Catedral que se convirtió en la sede permanente del belén de los RETES, durante muchos años. Allí ha estado la mayoría de las ediciones, salvo algunos cambios puntuales, como el del año 2021, que estuvo en el Fórum Evolución.
En este momento, la unidad organizadora está compuesta por unos 40 militares. El belén es elaborado cada año por los propios miembros del regimiento, que utilizan sus habilidades en la ingeniería para crear estructuras complejas, paisajes naturales, y escenas cargadas de simbolismo religioso e histórico. Cada Navidad, el diseño del belén se modifica y amplía, agregando nuevas escenas y mejorando las ya existentes, lo que lo convierte en un evento muy esperado por la población local.
El año pasado, el Belén estuvo compuesto por 2.300 figuras, en el montaje de este impresionante museo en pequeño participaron soldados y mandos del regimiento de Transmisiones que cada año se superan. Como cada exposición, la recaudación íntegra de la venta de entradas irá destinada a las organizaciones sociales de Burgos que lo requieran.
Y podría seguir contando anécdotas de esta gran obra. Lo visito cada año, cuando acudo a visitar a mis ancianos padres en Burgos. Sé que me he extendido demasiado en contar su historia, pero creo que merece la pena conocerse.
Quise dedicarle un villancico y recopilé información. Al final (y recordando mi año y medio de mili) intenté recrear el ambiente dentro de una compañía militar donde los soldados, acabadas sus tareas en los respectivos destinos y funciones, pasan las horas ociosas (estoy seguro de que en nuestros militares. ya profesionales desde hace años, no se aburrián tanto como nos aburríamos nosotros entonces...). El resto lo cuenta el villancico.
Je, je. En efecto. Son muchos miles de burgaleses los que lo visitan cada año. Largas colas y largas esperas se forman en los calles aledañas. Y eso a pesar del frío burgalés. Un execelente servicio que hace el ejército a una ciudad tan militar como Burgos.
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