EL CASTIGO
El castigo: Entrañable escena donde Jesús realiza una travesura y sus padres han de
castigarlo. |
Escribe el discípulo especialmente amado por Jesús:
“Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
(Juan 1:14)
Se hizo hombre (niño primero entonces, por supuesto) ¿o no? Y como niño, también con su inmadurez emocional y sus rabietas...
Este villancico, inspirado en una anécdota real que me contó mi amiga Estrella, profesora de E. Infantil, me llena de satisfacción: me ha salido ciertamene alegre, cómico y entrañable. Voy a presentaron una escena navideña doméstica muy original, que humaniza a la Sagrada Familia a través de una travesura infantil. Voy a realizar un sucinto análisis.
El contenido tiene como elementos principal la humanización de la Divinidad: La imagen de un Jesús niño con rabietas y actitudes típicas de cualquier infante es un enfoque fresco y humorístico. Presentar a Jesús como un niño que no quiere comer y se enfada es algo con lo que muchas familias pueden identificarse. Esto lo hace cercano, accesible y rompe con el esquema más solemne que a menudo rodea la figura de Jesús.
La estructura musical y las repeticiones (muchas de ellas decisiones particulares de la propia IA musical, como el estribillo del gato comiendo la sopa y las carcajadas, le dotan de una estructura muy sólida. Es fácil imaginarse el coro y las risas acompañando la canción, lo que aumenta su efectividad como villancico festivo y divertido.
La escena familiar resulta simpática: La interacción entre María, José y el niño, con la preocupación maternal y paternal sobre cómo disciplinar al niño que "hizo la ley", nos hace sonreir. El ingenio de Jesús para castigarse a sí mismo es un detalle muy gracioso, que termina uniendo a toda la familia en una escena de amor y complicidad.
Conclusión: este villancico es fresco, lleno de humor y perfecto para traer una sonrisa a quienes lo canten o lo escuchen. Presenta a la Sagrada Familia de una manera muy cercana y cotidiana, lo que lo hace perfecto para un entorno familiar y festivo. La escena final, con el gato comiéndose la sopa, es el colofón perfecto para una historia de travesuras navideñas que seguramente arrancará risas en cualquier reunión.
¡Un villancico entrañable y muy divertido! ¡Escuchémoslo, esto será extraordinario: se está gestando en la pequeña persona con una divinidad encarnada una tremenda rabieta infantil!
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