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lunes, 2 de diciembre de 2024

El incrédulo Tomás

EL INCRÉDULO TOMÁS

Villancico de Tomás.  El estereotipo del desconfiado, personificado en el futuro discípulo descreído de Jesús, ante el Nacimiento de Jesús.

Tomás, el incrédulo, el descreído; también pudo estar aquel día señalado en las proximidades del Portal poniendo de manifiesto, muchos años antes de su conocido episodio tras la resurección de Jesús, su reclacitrante desconfianza... Es este un villancico con mucho encanto, donde los relevos entre las voces van oponiendo las extraordinarias noticias que rodean el nacimiento con las explicaciones más prosaicas del incrédulo Tomas. Tres décadas después se repetirá la situación ante la Resureción de Jesús tras su muerte en la cruz: "Ver para creer".

Imaginar al personaje de Tomás (el incrédulo que se nos describe en el episodio del Evangelio de Juan donde el apóstol niega la Resurrección de Cristo, mientras no vea y toque personalmente las heridas infligidas a Jesús en la Cruz) treina años antes en el mismo Belén y cerca del Portal hablando con una de las pastoras que lo han visitado y le describe los prodigios que se han producido, es una tentación a la que he cedido gustoso. Tomás, el discípulo incrédulo, es el estereotipo de los desconfiados. Sus réplica y alegaciones a los prodigios que le van contando en la conversación forman un cuerpo lírico-teatral muy interesante.

Por la cadencia y la estructura de la melodía se puede apreciar que correponde a un estilo con raíces árabes, con reminiscencias del desierto: la marcha sobre camellos o las veladas en la noche junto a las jaimas. En concreto se le pidió al programa que probara una melodía con estilo “tuareg”, aunque eso sí, matizada con “villancico”, tono emocional de “tristeza” e incluso me atreví a incluir un “promp” (instrucción) aludiendo a “desilusión”. En cuanto a instrumentos, esta vez, el programa ha incluído al menos la mitad de los que le propuse: flauta, guitarra y como siempre añade el bajo (es un poco obsesivo en el uso de este instrumento el programa SUNO).

Intenté crear una melodía estructurada en alternancia de preguntas-respuestas con voces bien diferenciadas (de hombre y mujer, respectivamente) pero el programa no me hizo mucho caso y, puesto que al insistir en las instrucciones sobre ese punto alteraba la melodía original, que me gustaba mucho, opté por admitir voces femeninas alternadas. No es lo óptimo; pero es aceptable. Al fin y al cabo los cantantes interpretan ambos papeles en muchas de las canciones.

La letra se compone de versos octosílabos pareados (dos versos para cada personaje en las sucesivas preguntas-respuestas) salpicadas por adornos musicales de enlace a cargo de flauta y guitarra.

Indicar, por mi parte, que considero la falta de fe de Tomás como algo positivo (aunque en el villancico no parezca así). El espíritu positivo (científico) del apostol me parece la actitud correcta ante un hecho “inexplicable” o aparentemente milagroso. Ver, tocar, probar, experimentar… es la forma en que la ciencia avanza y no se pliega a la “magia”… pero esta canción es un villancico y el “cabezota” de Tomás debería mostrarse más crédulo… supongo.

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