CONTRANAVIDAD
ContraNavidad es uno de mis villancicos oscuros. Su contenido sorprenderá a quien haya seguido esta larga serie de villancicos,, mayormente amables. Pudiera pensarse que soy un creyente devoto; pero no. No es el caso. Ni siquiera soy creyente. "Soy ateo, gracias a Dios", como se definía a sí mismo nuestro universal director de cine Luis Buñuel. Por tanto mis amigos y conocidos me preguntan ¿porqué entonces ese empeño desmesurado en componer decenas y decenas de villancicos, hasta llegar al centenar, y hacerlo de forma tan trabajosa que incluye emisiones de radio con comentarios sobre los mismos, edición de una página web, directrices para el acompañamiento musical a través de una IA dedicada a la creación musical e imágenenes alusivas creadas también por IA?
Mi respuesta les aclara que es una especie de reto. Y también un ejercicio de estilo. La Navidad se presta a la creación de relatos entrañables, a la fabulación dentro de un escenario concreto y a la vez universal. Pero también a la subversión, a la denuncia y crítica social. La sociedad de hoy día en su mayor parte se muestra adormecida y amodorrada ante graves problemas: guerras, ecología, consumismo, liderazgos tóxicos, manipulación de la información, inseguridad ante una IA que parece desstinada a sustituirnos e casi todo... Los cristianos no escapan de estos problemas; muchas veces quienes los provocan de manera más notoria se declaran públicamente creyentes...
A día de hoy tenemos una Navidad casi 100% comercial, orientada casi totalemente al entretenimiento, prácticamente despojada de su espíritu original. ¿Dónde quedó el espíritu que impregnaba este tiempo del Adviento? ¿Dónde se perdió definitivamente el Espíritu de la Navidad?
El poema se construye a base de pareados cuyo primer verso plantea un enunciado (un tópico navideño) al que responde el segundo contraargumentando y contradiciendo el anterior. Termina con una referencia al villancico que suena en off en la escena final de la gran película de Luis García-Berlanga "Plácido" de 1961:
-Madre, en la puerta hay un niño,
más hermoso que el sol bello,
tiritando está de frío,
porque viene casi en cueros.
-Pues dile que entre y se calentará,
porque en esta tierra
ya no hay caridad,
ni nunca la ha habido,
ni nunca la habrá.
En cuanto a la música que acompaña estos pareados corrosivos busqué un sonido algo sucio, a medio camino entre lo psicodelico y el punk, con un estilo denominado: "Pychodelic Word Freaks Folk" que está en sintonía con el "acid rock". Aún me hubiera gustaco una música más desasosegante; pero primé que se entendiera bien la voz.
He aquí, pues, un villancico ácido, pesimista, irónico, iconoclasta... Pensando en los niños y sus inocentes ilusiones, creo que no la incluiré en los discos artesanales que estoy preparando... Al fin y al cabo, ya lo dijo el propio Jesús de mayor "El que escandalizare a una de estas criaturas..."
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