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domingo, 20 de octubre de 2024

Yo reclamo aquí la Paz

YO RECLAMO AQUÍ LA PAZ


He aquí un villancico muy original y de triste actualidad. Vivo angustiando (como creo que nos pasa un poco a todos si tenemos una mínima sensibilidad) el drama terrible que afecta al pueblo palestino (y actualmente se ha añadido el libanés) ante la ocupación de sus territorios por el ejército israelí después del ataque terrorista del grupo palestino Hamás el 8 de octubre de 2023 (del que está a punto de cumplirse un año, que por eso traemos el villancico hasta estas fechas). Pensando de qué manera podía unirme a la denuncia de la desproporcionada y cruel invasión de los territorios palestinos de la Franja de Gaza (y actualmente también Cisjordania) y ante la muerte de más de 42.000 palestinos (la mayoría de ellos inocentes) decidí hacer un villancico en forma de parábola (como gustaba hacer el mismo Jesucristo en sus predicaciones) denunciando la situación.

Cuento así, una breve historia de persecución, o bullying, sobre Zaid (nombre árabe de un niño gentil, es decir no judío) por parte de unos jóvenes judíos (a los que se describe como “hijos de zelotes” siendo estos los miembros de un grupo político-nacionalista judío que en el siglo I d. C. fueron la facción más violenta del judaísmo de su época (El vocablo zelota, de hecho, ha pasado a ser sinónimo en varios idiomas de intransigencia, fanatismo o radicalismo militante). Su inclusión tiene base histórica pues los zelotes fueron contemporáneos del mismo Jesucristo y Judas de Galilea -su fundador- consta en las crónicas de la época como un líder que ofreció resistencia armada a los romanos en el año 6 d.C. la cual fue duramente reprimida.

Zaid, se convierte en nuestra pequeña historia, en el chivo expiatorio de un delito cometido por un primo suyo, más mayor, que abusó de la hija de un rabino. Jesús, al que podemos imaginar como un adolescente, con unos 15 años, intuye en esta acción la situación que se va a repetir dos milenios después entre ambos pueblos (judíos y palestinos) e interviene para defender al pobre e inocente niño perseguido y reclamar la paz en ese lugar.

Para la música hemos elegido un estilo medieval con ritmos árabes muy marcados, muy adecuado para la historia que se cuenta. Curiosamente, de alguna manera el programa adivinó el aspecto vindicativo del texto y le añade, a modo de consignas, gritos propios de una manifestación, como si se tratara de una intifada.

Aparece un cierto anacronismo en el texto del villancico, ya que el término rabino no comienza a utilizarse como tal hasta el 60 d.C. estando antes encomendadas sus funciones a personajes históricos que se denominaban Rabán, Raví o Rav; pero este hecho no es muy relevante para la historia que se cuenta y pueden disculparse esas pequeñas licencias.

Escuchemos con atención esta pieza que, personalmente, me pone los pelos de punta.




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