FRENTE AL MAR DE GALILEA (El lago Tiberíades)
Para este villancico quise imaginar una pequeña excursión de la Sagrada Familia (con un Jesús de unos 6-8 años) a la mayor masa interior de agua dulce de toda Galilea: el conocido como Lago Tiberíades (llamado así en honor al emperador romano Tiberio). La escena de una excursión era muy sugerente. El ocaso, por ejemplo, en el mar de Galilea desde un montículo, es una de las imágenes más buscadas por los turistas, actualmente. Además los evangelios dan cuenta de la frecuente actividad de Jesucristo en ese lago. Pedro, por ejemplo, era pescador en sus aguas.
En el Mar de Galailea se pesca sobre todo un pez parecido al lenguado: la tilapia (también llamado Pez de San Pedro) con aletas en forma de peine de largs púas (como en una peineta) y unas características manchas en forma de gran ojo en los laterales. Una leyenda explica el origen de las manchas basándose en el relato del evangelio de Mateo donde Jesús le indica a Pedro como podrá pagar los impuestos del templo: “(…) Vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás un estáter (pieza de cuatro dracmas). Tómalo y dáselo (a los recaudadores), por mí y por ti”. (Mateo, 17-22-27).
Según la leyenda al obedecer Pedro a Jesús, cogió una tilapia para sacarle la moneda del impuesto y al hacerlo le dejó la marca de sus dedos en los costados.Jesús visitó con frecuencia este mar: allí recogió a algunos de sus apóstolos (Pedro, Santiago, Juan, Andrés y Felipe eran pescadores cuando él les llamó para ser apóstoles), allí caminó sobre las aguas y favoreció pescas milagrosas. El villancico anticipa ese encuentro con Pedro, el apostol sobre el que edificó su iglesia.
Y también su enigmática frase: "Seguidme y os haré pescadores de hombres". El evangelio de san Mateo, en (1; 16-20) lo describe así:
Mientras caminaba junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón el llamado Pedro y Andrés su hermano, que echaban la red al mar, pues eran pescadores. Y les dijo: —Seguidme y os haré pescadores de hombres. Ellos, al momento, dejaron las redes y le siguieron. Pasando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y Juan su hermano, que estaban en la barca con su padre Zebedeo remendando sus redes; y los llamó. Ellos, al momento, dejaron la barca y a su padre, y le siguieron.
Así, entre los pescados en la playa secándose al sol, los carpinteros reparando las barcas, los marineros cosiendo sus redes... transcurre este villancico sonnoliento en un estilo denominado copto-flamenco y un aire entre cinematográfico y ambiental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu disposición a comentar estas entradas.