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domingo, 3 de noviembre de 2024

Villancico del jubilado

 VILLANCICO DEL JUBILADO

Villancico del jubilado: Con tintes autobiográficos, la visita de un soldado jubilado de las legiones romanas al portal.


En octubre del año 2017 me jubilé tras más de treinta años dedicado a la docencia. Con tal motivo compuse un villancico aquellas navidades para felicitar las Pascuas a mis familiares y amigos. La idea de incluir un jubilado entre los adoradores en el portal surgió al considerar mi segundo nombre: “Marcial”. Se trata de un nombre de origen romano (está relacionado con “Marte”, el dios de la guerra para los romanos). Esta triple confluencia: el origen romano de mi nombre, su conexión con la guerra y el hecho de la jubilación; me llevaron a confeccionar este villancico. Hay que considerar que el de legionario fue uno (si no el primero) de los primeros  oficios que disfrutaron de una jubilación reglada.

La palabra jubilación proviene del latín "iubilare" (gritar de alegría). Este verbo procede, a su vez, del hebreo יובל (yovel) que alude al sonido de la trompeta que anunciaba el año de retirarse. El "Yon Youvel" o día del Jubileo ocurría cada cincuenta años y en ese momento se liberaba a los cautivos y esclavos. El "Youbel" (una trompeta hecha con un cuerno de carnero y muy parecida a la más común denominada "sophar") era conocida también como "la última trompeta" y se oía durante el Yom Kippur, la conmemoración​ judía del Día de la Expiación, el perdón y el arrepentimiento. Fue también una de las componentes de "la demoledora orquesta" que ejecutó la temible partitura que derribó las murallas de Jericó. Como se ve, la jubilación tiene mucho que ver, en su origen etimológico, con una costumbre judía.

En el imperio romano los legionarios se alistaban hacia los 20 años y servían durante 25 años más en el ejército. Así que la jubilación les llegaba aproximadamente a los 45 años. Parece una edad muy temprana para retirarse del servicio activo; pero hay que tener en cuenta que muchos morían antes. Además la esperanza de vida en aquella época era mucho menor (se situaba entre los 30 ó 40 años).

Las primeras pensiones para militares eran denominadas “Aerarium militare” y posteriormente el imperio romano concedió a los soldados que habían militado durante más de 25 años en el ejército una parcela de terreno y un equivalente en dinero a 12 años de paga de la época en tiempos de Octavio Augusto (27 A.C a 14 D.C). Al finalizar el mandato de Augusto, la pensión era de 20.000 sestercios para un pretoriano y 12.000 sestercios para un legionario.

Es por eso que situamos a nuestro personaje del villancico (un legionario romano jubilado) trabajando con sus achaques en un terreno cedido en Palestina; pero con cierto desahogo económico (tiene su casita pintada de cal…). Los achaques (y su descripción) proceden de mi propia experiencia con el menisco roto y las incipientes artrosis debidas a la edad.

El texto intenta (y creo que lo consigue) recrear el paisaje de la Palestina de la época y el tono reposado y optimista de un jubilado animoso y “jovial” peso a su avanzada edad y que se define como “pobre; pero rico”. Hay un punto de crítica al consumismo cuando describe la vida lenta, sencilla y natural de nuestro jubilado y los regalos que recoge de la propia naturaleza para regalar al niño: rosas de un rosal, cesto de endrinas, ricos madroños, miel de un panal… (frutos del campo: todo natural, nada comercial).

La música corresponde a melodías propias del folklore y la voz masculina que elige el programa es dulce y madura, muy adecuada para este villancico atípico, pero hermoso. Todo el villancico respira ternura y emociones positivas. Me encanta y me siento plenamente representado en el personaje. Me identifico totalmene.

 


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